martes, 23 de agosto de 2011

Eduardo Galeano


Entusiasmo es una palabrita que se las trae ..  significa "tener a los dioses adentro" (...) Vivir está mucho, pero mucho más allá de las pequeñeces, de la realidad política, de que si se gana o se pierde, y de la realidad personal también .. puedes ganar o perder y eso importa muy poco en relación a ese otro mundo posible, que está en la barriga de este. "Hay otro mundo que puede ser, latiendo en este mundo que es". 

(...) Los intelectuales me rompen los huevos .. los intelectuales disocian la cabeza del cuerpo, yo no quiero ser una cabeza que roda por los caminos!yo soy una cabeza un cuerpo un sexo una barriga, todo! pero no un intelectual, abominables personajes! yalo decía Goya: "la razón genera monstruos", cuidado con los que solamente razonan, hay que razonar y sentir, y cuando la razón se divorcia del corazón, te convido para el temblor .. yo no creo en eso, yo creo en esa fusión contradictoria- difícil pero necesaria- entre lo que se siente y entre lo que se piensa, me interesa la sabiduría que combina el cerebro con las tripas, viste? la que combina todo sin olvidar nada

A veces se confunde la 'libertad de expresión' con 'la libertad de presión'; o se le reduce a la voluntad de grupos de empresarios que deciden qué noticias existen y qué noticias no existen. Entonces lo principal para abrir un espacio nuevo que sea de veras una respuesta democrática a ese totalitarismo que confunde la comunicación con un negocio (cuando la comunicación es en realidad un derecho humano, no un negocio) lo más importante es que esos espacios nuevos sean de veras abiertos, que no sean "Miedos de comunicación" sino Medios de Comunicación, donde se escuchen voces diversas, donde haya plena libertad para que la comunicación sea Comunicación DE VERDAD.

Si se prohíbe la industria de la droga, industria asesina, ¿por qué no se prohíbe la industria de armamentos, que es la más asesina de todas?
El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios.





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