Une, en equilibrio perfecto, el sentimiento del corazón con la facultad de raciocinio de tu mente. En el castillo de la calma, desecha una y otra vez tu identificación con los títulos terrenales y sumérgete en la meditación profunda para tomar conciencia de tu realeza divina.
El secreto de la felicidad consiste en no apegarse a nada. Disfruta del aroma de las flores pero contempla a la Divinidad. Mis ojos fueron creados para contemplar la hermosura en todas partes, mis oídos: para oír la voz omnipresente. Eso es Yoga: Unión con la Divinidad.
Si una persona puede mantenerse aseada, sería absurdo que permaneciera sucia. Uno puede apegarse a vivir en una choza lo mismo que a residir en un palacio.
El yogui, saturado con la inspiración que su mente encuentra al sumergirse profundamente en la meditación, él es capaz de desempeñar alegremente todos sus deberes cotidianos.
La fuerza de voluntad es lo que
vuelve al hombre divino. Es necesario creer en la posibilidad del cumplimiento
de aquello por lo cual oramos. Quien desea, por ejemplo, una casa, pero piensa
interiormente “¡No sueñes! ¡No dispones del dinero para adquirir una casa!”
debería fortalecer su voluntad.
Cuando desaparezca de nuestra mente todo “imposible”
entrará en ella el poder divino. Quienes persisten en su intento, sin aceptar
jamás el fracaso, obtienen el objeto por el cual luchan. Cuando ejerces tu
voluntad en forma constante, tanto a través de tus pensamientos como de tus
acciones, aquello que deseas tendrá que cumplirse. Incluso si no existiese
objeto alguno en el mundo como el que anhelas, si persistes en tus empeños el
resultado que persigues se manifestará en alguna forma. Este tipo de actitud
atrae la respuesta de la divinidad ya que semejante voluntad proviene de ella; una
voluntad constante es una voluntad divina.
Una voluntad débil es una voluntad mortal;
tan pronto como se ve confrontada por tribulaciones y fracasos, se desconecta
del dínamo del Infinito.
Yo mismo me recojo totalmente en
la noche, aislándome del mundo y todos sus problemas, convirtiéndome en un
extraño en esta Tierra, la cual se vuelve para mí un vacío total.
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