martes, 2 de febrero de 2010

Walden

(...) Pero las naturalezas activas y saludables recuerdan que el sol ascendió con claridad. Nunca es demasiado tarde para renunciar a nuestros prejuicios. No se puede creer firmemente, sin pruebas, en alguna forma de pensar o de hacer, por antigua que sea. Lo que hoy todo el mundo repite y acepta como verdadero, puede convertirse en mentira mañana, una mera opinión de humo que algunos creyeron fuera nube que daría agua fertilizadora para los campos. Tratad de hacer aquello que la gente antigua afirma ser imposible de realizar, y demostrad que sí podéis. Los hechos antiguos pertenecen a las generaciones antiguas, y los nuevos, a la nueva generación. (...)

Hace unos treinta años que vivo en este planeta y todavía estoy por oír la primera sílaba de los serios o valiosos consejos de mis mayores, pues no me han dicho nada, o quizá no puedan decirme nada, de utilidad. Aquí está la vida, un experimento, la mayor parte del cual no ha sido realizado todavía por mí; pero no me beneficia en absoluto que otros lo hayan realizado. Si poseo alguna experiencia que considero de valor, puedo asegurar que mis mentores no me dijeron una palabra acerca de ella. (...)

Sin duda alguna, el tedio y el fastidio que presumiblemente han agotado la variedad y las alegrías de la vida son tan viejos como Adán. Pero las capacidades del hombre no han sido medidas todavía, y se ha ensayado tan poco, que no podemos juzgarlas por algunos precedentes. (...)

¡Las estrellas son los vértices de maravillosos triángulos! ¡Qué seres tan diferentes y distantes contemplan simultáneamente desde las numerosas mansiones del universo la misma estrella! La naturaleza y la vida humana son tan distintas como nuestras variadas constituciones. ¿Quién dirá cuál es la perspectiva que la vida ofrece a otros? ¿Podría ocurrirnos un milagro mayor que el de que podamos mirar a través de ¡os ojos de otros? Deberíamos vivir por una hora en todas las edades del mundo; no: en todos los mundos de las edades. ¡Historia, Poesía, Mitología! La lectura de las experiencias de otra persona no sería jamás tan asombrosa ni didáctica como esta. (...)

Estamos obligados a vivir concienzuda y sinceramente, reverenciando nuestra vida y negando la posibilidad de un cambio. Decimos que este es el único camino; pero hay tantos caminos como radios pueden trazarse desde un centro. Cualquier cambio es un milagro digno de ser contemplado; pero es también un milagro que ocurre a cada instante. Confucio dijo: Saber que sabemos lo que sabemos y que ignoramos lo que no sabemos es el mejor conocimiento. Preveo que cuando un hombre haya convertido un hecho de la imaginación en un hecho de su entendimiento, todos los hombres a la larga establecerán sus vidas sobre esa base. Por lo necesario para la vida, me refiero a todo aquello que obtiene el hombre por su propio esfuerzo y que desde el principio o después de largo uso se ha convertido en algo tan importante para la vida humana, que muy pocos, si algunos, por salvajismo, pobreza o filosofía, se atreven a vivir sin ello.

Para muchas personas lo necesario para la vida se reduce al alimento. Para el bisonte en la llanura consiste en unas pocas pulgadas de apetitoso pasto con agua para beber, siempre que no busque el refugio de la selva o la sombra de la montaña. Ningún animal de la creación necesita más que alimento y refugio. Lo necesario para la vida del hombre que vive en este clima puede ser clasificado con exactitud bajo estos títulos: alimento, refugio, ropa y combustible. Porque hasta que no nos hayamos provisto de estos, no podremos considerar con libertad y posibilidad de éxito los problemas de la vida. El hombre no sólo ha inventado casas, sino también ropa y ha cocinado el alimento; y desde el descubrimiento casual del fuego, y su uso consecuente, un lujo al principio, surgió la necesidad actual de sentarse cerca de él.

Nos es dado observar a perros y gatos que adquieren esa misma segunda naturaleza. Con casa y alimento apropiados, conservamos legítimamente nuestro calor interno, pero cuando estos o el combustible están en exceso, es decir, cuando el calor externo es mayor que el interno, ¿acaso no se puede afirmar que ha empezado la cocción? El naturalista Darwin dice, refiriéndose a los habitantes de la Tierra del Fuego, que mientras su cuadrilla de hombres bien vestidos estaba sentada cerca del fuego, sin sentir ningún calor, estos salvajes desnudos, situados algo más lejos, le causaron sorpresa, pues goteaban de sudor mientras soportaban semejante calcinación. También nos han dicho que mientras que el aborigen de Australia anda desnudo sin consecuencia alguna, el europeo tiembla de frío entre sus ropas. ¿No sería posible combinar la robustez de estos salvajes con la intelectualidad del hombre civilizado? (...)

La mayor parte de los lujos, o las llamadas comodidades de la vida, no son solamente innecesarios, sino también impedimentos para la elevación de la humanidad. En lo que se refiere a los lujos y comodidades de la vida, diré que los más sabios siempre han vivido vidas más simples y pobres que las vidas de los mismos pobres.




Extracto de Walden escrito por Henry David Thoreau, y el libro escogido para el viaje que realizaré hacia la selva amazónica peruana, no se me ocurre otro mejor camarada!

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